domingo, 31 de octubre de 2010
Homenaje a Miguel
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatifecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
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Como una oliva, forma parte
ResponderEliminarDel mismo huerto que cría
De la tierra viva.
Dios en agradecimiento le dio el don
De la vida sencilla.
No sé quien era Miguel, pero los versos se me han ocurrido en un pronto. Al fin y al cabo, dignísimo es trabajar el campo. Es duro y sudoroso, cansa como la vida misma.
Es miguel hernandez.
ResponderEliminarSer de campo es algo maravillos, lo digo porque yo lo soy. Sobre todo me alegro que tengas tan buena inspiración.
Saludos!!!!!