Si algún día me tuviera que arrepentir de algo, sería de no haber podido pasar todo el tiempo que te merecías. La rutina diaria hizo que mis prioridades fuesen otras, y al final poco a poco te fui apartando de mi vida. Ahora que me siento en el umbral de mi casa, te recuerdo, y lo único que me viene es una gran sonrisa, la gran sonrisa de todo lo que pudo ser y no fue.
Era cierto eso del que camino se hace al andar, pero se olvidaron de decirnos que el camino tiene muchos surcos y caminos alternativos, que nos hacen cambiar de dirección a la primera de cambio y nos pierden de nuestro trayecto original. Ese camino, el marcado.
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