La vida se asemeja a un dragón rojo, que aletea sobre tu cabeza en busca de un presa fácil, dócil, que caiga a su voluntad. Tú eres un temeroso Jorge, que intentas sobrevivir a los días, a las noches, a las rutinas.
La batalla es un continuo idas y venidas. Esperando que uno de los dos se agote, te canse, se desespere y se retira de la afrenta.
Lo más difícil, no es el golpe, ni la caída, ni la derrota. Lo que realmente da miedo, es la espera, la incertidumbre al devenir.
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