jueves, 12 de marzo de 2015

la eternidad del tiempo

Un día sin fin. Una noche pasajera.  Un momento eterno. Aquella caricia que siempre fue, aquella mirada que nunca se despidió.
Las palabras viajeras que pasan de mi boca a tus oidos. El viento que se desliza entre tus cabellos y llena mi mente de recuerdos, de sensaciones, de pensamientos pasajeros y quebradizos.

¿Por qué no te retuve? ¿Por qué dejé que te fueras? La puerta se cerró y el aire gélido de esa noche de invierno entró conmigo en mi piso, y se instaló con mis ideas eróticas sobre ti.

Han pasado los segundos, los minutos, las horas, las semanas, los meses, y por desgracia los años, y por mucho que intento aullarte, susurrarte al oido, decirte todo lo que quiero que entiendas. Pero sin embargo, me callo, me reprimo.

Y así se pasan los segundos, los minutos, las horas, las semanas, los meses, los años y la eternidad.

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