Si aquello que nos hace fuerte a la vez tiene que enseñarnos a ver el camino acertado, cada uno de nuestros fallos son pequeños trozos de nuestras corazas que se van rompiendo por dicha senda.
Ya podemos ir solos o acompañados. Con ánimo o temerosos de lo que pueda pasar. Que cada uno de nuestros movimientos se harán al azar, a oscuras, aunque haya luminosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario