viernes, 17 de mayo de 2019

Debajo del puente donde la corriente se llevó lo que quedaba de mi inocencia, me alojo entre recuerdos y pensamientos. La humedad traspasa mis zapatillas y va subiendo por mis piernas hasta mis rodillas. El frío comienza a apoderarse de mí y atrofia mis articulaciones. Dentro de poco la nada se instaurará en mí. Todos aquellas ideas que rondaban mi cabeza desaparecerán, dejando espacio a lo que lo dominará todo. La musiquilla que canturreo entre dientes se parará y el tiempo instalará el silencio que todo lo puede, que todo lo barre y lo convierte en nada.

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